En la primera sesión escuchamos al paciente para determinar cuál es el motivo que le lleva a consultar. A veces está clara cuál es la petición de ayuda, pero a menudo es necesario ayudar a clarificar los objetivos que se persiguen realmente.
Éste es el trabajo del psicólogo en la primera consulta: facilitar que puedas sentir la confianza para expresarte libremente, de cara a encontrar soluciones a los problemas que planteas. En ocasiones, el paciente no sabe qué tiene que decir o qué se espera de él. En realidad, lo único que esperamos del paciente es que esté dispuesto a dejarse ayudar. Nuestro trabajo consiste en darte las herramientas y la ayuda necesaria para que llegues a encontrarte bien.
Tras esclarecer la demanda del paciente, se determina si puede estar sufriendo algún trastorno que requiera tratamiento psicológico, si es necesario realizar una exploración en mayor profundidad o si es preciso derivar al paciente a otro tipo de profesional, dada la problemática que presenta (p.e., neurólogo, psiquiatra, abogado, etc.). Algunas veces, con una consulta es suficiente para normalizar la problemática que presenta el paciente y no es necesario iniciar tratamiento psicológico.
Cuando la persona sufre un problema psicológico que requiere un tratamiento, entonces se valoran las distintas opciones y se elije un tratamiento adaptado a la problemática y las circunstancias particulares del paciente.
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