La personalidad de las personas se forja en la niñez y la adolescencia, y se mantiene durante la edad adulta. La personalidad marca el modo en que las personas interaccionan con otras en la sociedad, forja los sentimientos y los modos de pensar.
Cuando la personalidad de una persona se hace inflexible y de difícil convivencia en sociedad, cuando se altera de un modo importante el modo de comportarse socialmente en la cotidianidad, generan malestar y aislamiento social. Es en este punto cuando se considera un trastorno de la personalidad.
Los trastornos de personalidad son modos de pensar, sentir y actuar que se mantienen en el tiempo en las personas y que son diferentes de lo que se esperara en las personas consideradas "normales" y "bien adaptadas socialmente".
CONCLUSION DE EUGENIA
Con la elaboración de este trabajo, se logra concluir que la personalidad de los individuos se forma desde la infancia y ejerce fortalezas en la adolescencia, esta se mantienen sufriendo leves cambios a lo largo de la juventud hasta llegar a la edad adulta, donde cambia considerablemente.
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